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VANGUARDIA
Científicos crean tomates azules que podrían ayudar a curar algunas enfermedades
Fueron creados en laboratorio por científicos españoles y sirven en terapias para prevenir enfermedades estomacales.
El proyecto, desarrollado por el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas, de España, es un nuevo avance de la medicina genética.
Los tomates azules hacen parte de los llamados alimentos transgénicos. Es decir, se crean en el laboratorio, con base en el producto natural. Sin embargo, a estos se les agregan nuevas propiedades, en este caso terapéuticas.
La intención de los científicos españoles es que los tomates azules produzcan proteínas que no se encuentran en el alimento común.
De esa manera, al consumirlos, el ser humano logra aumentar las defensas del organismo y rechazar así muchos de los agentes infecciosos que producen enfermedades digestivas. Por eso se les considera como una especie de 'vacuna'.
"Estamos hablando, por ejemplo, de enfermedades que causan diarreas. El tomate prepararía a la persona o a los animales para prevenirlas", indica Antonio Granell, uno de los científicos.
Según explicaron los expertos a la BBC de Londres, el proceso es similar al de ingerir un medicamento con fines preventivos. Solo que, en este caso, las personas no se tomarían una pastilla, una cápsula o una inyección, sino que se comerían un concentrado de tomate.
En anteriores oportunidades, en ese mismo instituto, se habían creado otras variedades transgénicas para potencializar su aporte nutricional al organismo. Arroz, pepino y sandía hacían parte de esa lista.
Ahora los científicos eligieron el tomate porque es un alimento capaz de crear una gran cantidad de biomasa (nutrientes que actúan como combustible para el cuerpo).
Pero lo principal, según afirman los expertos, es que es un alimento muy común en la dieta de todos los países, además de ser una fuente de variadas vitaminas: C, A y sustancias antioxidantes que ayudan a prevenir el envejecimiento.
Como si fuera poco, el tomate tiene la facilidad de ingerirse crudo, cocido, frito o deshidratado.
"Como el tomate se come normalmente crudo, no se pierden las propiedades de las proteínas terapéuticas que contenga", explica Granell.
En su forma deshidratada, el fruto podría servir para controlar mejor la cantidad que se ingiera, cuando se usa con fin terapéutico.
El porqué de la coloración
Los investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celuar de Plantas de España explicaron por qué utilizaron el color azul para diferenciar el tomate transgénico del tomate tradicional.
"Creemos que hay personas a las que no les interesa ingerirlo por todo el mito que se ha creado alrededor de los transgénicos", indicaron. El color azul proviene de la acumulación de compuestos naturales y antioxidantes que se encuentran en otras partes de la planta.
Los científicos agregan que todavía faltan muchas investigaciones para que el público pueda disponer de estos tomates terapéuticos.
"Hemos logrado que los tomates expresen proteínas en el fruto. Ahora tenemos que probar que esas proteínas funcionan 'en vivo' frente a esos posibles agentes infecciosos. Para eso hacen falta más estudios", señala Granell.
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VANGUARDIA 2006
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