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VANGUARDIA

LÍBANO
Los libaneses descienden de una gran variedad de linajes étnicos, sobre todo semíticos, y se puede encontrar su ascendencia en los antiguos fenicios, hebreos, filisteos, asirios y árabes. Entre el último grupo de población llegado al Líbano, se encuentra una minoría armenia que supone alrededor del 6%, y una gran cantidad de palestinos, muchos de los cuales están confinados en campos de refugiados.
Religión
Numéricamente, la religión principal es el islam, alrededor del 35% son shiíes y el 23% suníes. Los cristianos forman el 27% de la población, englobando grupos de maronitas, protestantes, miembros de la Iglesia ortodoxa griega y de la Iglesia armenia. Los drusos alcanzan alrededor del 7%.
Gobierno local
En teoría, Líbano se divide en cinco gobernaciones, cada una administrada por un gobernador que representa al gobierno central. En la práctica, tanto el Ejército del Sur del Líbano -respaldado por los israelíes- como Hezbolá -respaldado por los iraníes- controlan partes del sur del país, mientras que Siria controla gran parte del valle de la Bekaa. A lo largo de la década de 1980, una gran parte de Beirut estuvo bajo el poder de las Fuerzas Armadas sirias. En una gran cantidad de pueblos, los ancianos y los jefes de los clanes mantienen una considerable influencia.
Defensa
En 1997 el personal de las fuerzas gubernamentales libanesas estaba dividido en un Ejército de tierra de 53.300 soldados, una Armada de 1.000 y una Fuerza Aérea de 800. También hay unos 3.000 miembros de la milicia Hezbolá y unos 2.500 del Ejército del Sur del Líbano, así como fuerzas sirias.
HISTORIA
Las montañas que han dado nombre al Líbano -a las que a veces se denomina simplemente la Montaña- también han modulado su historia. La inaccesibilidad de las tierras altas no sólo ha proporcionado refugio a los grupos religiosos disidentes a lo largo de los siglos, sino también ha impedido la unidad entre los diferentes pueblos de la región.
La guerra civil libanesa
En 1975 estalló la lucha entre los musulmanes libaneses y la facción dominada por los maronitas, conocida como Falange Libanesa. El gobierno central dejó de funcionar mientras unas facciones de milicias fuertemente armadas redujeron Líbano a la anarquía. La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) se unió a la parte musulmana a comienzos de 1976 y Siria (preocupada por la reacción israelí) intervino apoyando a los cristianos y en contra de la OLP que contaba con el apoyo de los grupos más progresistas. Beirut se dividió con una 'Línea Verde' de este a oeste, que separaba el norte cristiano del sur musulmán. En junio la Liga Árabe impuso una tregua, confiando a los sirios el mantenimiento de la paz. A pesar de todo continuó la violencia y en 1978 Israel invadió el sur del Líbano en un intento de eliminar las bases palestinas. Una fuerza de la ONU reemplazó a las tropas israelíes, pero continuó prestando ayuda a los maronitas y atacando las bases de la OLP. En junio de 1982, Israel, temeroso del auge sirio y de la actividad palestina, invadió Líbano. Hacia mediados de agosto, tras la mediación estadounidense, los combatientes de la OLP accedieron a abandonar Beirut y muchos fueron evacuados a otros países. Más tarde ese mismo mes, con las tropas israelíes rodeando Beirut, el Parlamento libanés eligió como presidente al líder de la milicia cristiana Bechir Gemayel; tras su asesinato en septiembre, se eligió a su hermano Amin Gemayel para reemplazarle. Como venganza, fuerzas falangistas asesinaron a unos 1.000 palestinos en los campos de refugiados de Sabra y Shatila, en la parte ocupada por Israel en Beirut Occidental. Por esta causa los israelíes se retiraron al sur del Líbano, y en Beirut se estableció una fuerza de paz internacional. Los musulmanes tenían sospechas respecto a las unidades occidentales que apoyaban a un gobierno liderado por cristianos; después de que más de 300 soldados estadounidenses y franceses murieran en un atentado terrorista el 23 de octubre de 1983, las tropas occidentales se retiraron en febrero de 1984. En el vacío de poder resultante, continuaron las luchas entre facciones hasta que en 1985 los israelíes se retiraron dejando una zona de seguridad en el sur controlada por sus aliados cristianos, el Ejército del Sur del Líbano (ESL). El partido shií Hezbolá (Partido de Dios) respaldado por los iraníes luchó por esta zona con el ESL, habiendo rechazado un acuerdo de paz, auspiciado por Siria, en diciembre de 1985. El principal objetivo de los shiíes era Beirut Occidental. Los israelíes siguieron haciendo incursiones contra las instalaciones de la OLP en el sur, y un deterioro de las condiciones en Beirut llevó a las tropas sirias a ocupar el sector musulmán en 1987 para terminar con la enemistad entre los libaneses y musulmanes pro palestinos.
Cuando el mandato presidencial de Gemayel expiró en septiembre de 1988, nombró al general cristiano Michel Aoun para encabezar el gobierno. Como los dirigentes libaneses eran incapaces de encontrar un nuevo presidente, las facciones enfrentadas establecieron sus propias administraciones. En octubre de 1989, los negociadores libaneses, reunidos en Arabia Saudí, aceptaron reformar la Constitución de 1926 que daba el poder a los musulmanes; Aoun rechazó el proyecto, amenazando con la partición permanente del Líbano. El 5 de noviembre, el Parlamento, mayoritariamente musulmán, ratificó esta reforma y eligió presidente a René Moawad. Fue asesinado 17 días después, y el Parlamento eligió en su lugar a otro maronita, Elias Haraui. En octubre de 1990, las tropas sirias asentadas en Beirut Oriental, derrotaron a las fuerzas leales a Aoun. Posteriormente el ejército libanés, respaldado por Siria, recuperó el control sobre una gran parte del país, desarmó las milicias y expulsó a la OLP de sus plazas fuertes al sur del Líbano. La guerra se había cobrado la vida de más de 150.000 libaneses desde 1975.
Recuperación y consolidación
La votación para una nueva Asamblea Nacional en 1992 supuso la primera elección en los últimos veinte años. En marzo de 1993 el gobierno estableció un presupuesto de 13.000 millones de dólares para intentar la recuperación económica del país, aunque parte de esta cantidad debía ser suscrita por la comunidad internacional. En julio de 1993 los ataques aéreos israelíes contra las bases de Hezbolá -como represalia por sus ataques con misiles contra territorio israelí- provocó el abandono del sur del Líbano de 200.000 personas y su traslado al norte en busca de una mayor seguridad. El ejército libanés se unió en agosto a las fuerzas de paz de la ONU en el área, pero sin desarmar las unidades de Hezbolá. En enero de 1994 el gobierno libanés emitió acciones de la compañía que se iba a dedicar a la reconstrucción de los distritos comerciales de Beirut. Las continuas escaramuzas entre Hezbolá y las fuerzas israelíes en la zona de seguridad de Israel generaron numerosos atentados entre ambas partes, incluidos bombardeos israelíes sobre las zonas de asentamiento de Hezbolá (la última en abril de 1996), lo que dificulta la realización de los acuerdos de paz entre Israel y la OLP acordados en septiembre de 1993.

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VANGUARDIA 2006
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